Alimentación En El Embarazo

¿Por qué es importante la alimentación en el embarazo?

El embarazo es un periodo de crecimiento y desarrollo fetal en el que se dan además cambios fisiológicos en la madre. La nutrición adecuada, con la ingesta necesaria de macronutrientes y micronutrientes es fundamental para su óptimo desarrollo. Por tanto, es importante evaluar, controlar y cuando sea necesario realizar cambios en la dieta para mejorar la nutrición materna antes y durante el embarazo.

Los efectos negativos de una ingesta inadecuada pueden verse tanto a corto como a largo plazo. La desnutrición de la madre con la consiguiente desnutrición fetal, así como el desarrollo del embarazo en un entorno obesogénico, pueden provocar cambios metabólicos permanentes en el feto y por tanto aumentar el riesgo de enfermedades infantiles y adultas.

Hay muchas preguntas sin responder sobre la nutrición en el embarazo dado que falta investigación, pero habiendo revisado diversos estudios podemos llegar a conclusiones que iremos viendo a continuación.

Evaluación nutricional de la gestante

Lo ideal es que el estado nutricional de la mujer se evalúe antes del embarazo para poder así optimizar la salud materno-infantil antes de la concepción a través de las pautas dietéticas necesarias.

La evaluación y el asesoramiento deben continuar durante el embarazo y la lactancia y cuando sea posible, este trabajo deberá realizarse en equipo junto con otros profesionales de la salud capacitados en asesoramiento y educación nutricional prenatal.

Será fundamental tener en cuenta diversos aspectos como la historia médica y quirúrgica, la historia obstétrica y los hábitos dietéticos de la paciente.

Además, se ha visto que aunque en un principio las gestantes se alimenten correctamente muchas veces no se alcanzan los objetivos nutricionales de hierro, vitamina D y colina durante el embarazo.

Tanto los exámenes físicos como las analíticas serán de gran importancia para poder hacer un buen seguimiento del estado de salud de la madre y del bebé.

Recomendaciones alimentación en el embarazo

Las recomendaciones clave de una alimentación sana en el embarazo incluyen:

Aumento de peso gestacional adecuado

  • Consumo de alimentos integrales y lo menos procesados posible, en cantidades apropiadas
  • Suplementos apropiados de vitaminas y minerales
  • Nada de alcohol, tabaco, ni otras sustancias tóxicas
  • Seguridad en la manipulación de alimentos

Puesto que la necesidad de calorías adicionales necesarias para un embarazo normal es pequeña pero las necesidades de algunos nutrientes son relativamente altas, las mujeres deben centrarse en aumentar la ingesta de alimentos de alta calidad y ricos en nutrientes y limitar la ingesta de alimentos y bebidas procesados y con calorías vacías.

Las raciones dietéticas recomendadas (RDA) son niveles de nutrientes recomendados por un grupo de expertos del IOM, basados en una amplia evaluación de la evidencia científica disponible y ajustados matemáticamente para satisfacer las necesidades del 97% de la población.

En lo que a la ingesta calórica se refiere, este es un factor nutricional clave para determinar el peso del bebé al nacer. Las mujeres embarazadas de peso normal con un embarazo único necesitan aumentar la ingesta calórica diaria en 340 y 450 kcal/día adicionales en el segundo y tercer trimestres, respectivamente, para conseguir un aumento de peso adecuado, pero no necesitan aumentar la ingesta energética en el primer trimestre. Sin embargo, las necesidades energéticas varían en función de la actividad física, así como de la edad, el peso y la altura, por lo que las recomendaciones deben individualizarse.

Macronutrientes

Se aconseja aumentar los requerimientos habituales de proteínas establecidos para una mujer adulta en aproximadamente en 1,1 g/kg/día. En el caso de embarazo de gemelos o mellizos, se ha de ampliar aún más esta cantidad. La OMS recomienda, en estos casos, la ingesta de alrededor de 50 g de proteínas a partir de la semana 20.

Por otro lado, las necesidades de hidratos de carbono aumentan hasta 175 g/día en el embarazo, frente a los 130 g/día de las mujeres no embarazadas. Hay que centrarse en consumir varias raciones de alimentos integrales (fruta, verdura y cereales integrales); los carbohidratos muy procesados deben reducirse al mínimo. Se recomienda una ingesta de fibra de 28 g/día para las mujeres embarazadas, que, junto con una ingesta adecuada de líquidos, puede ayudar a prevenir o reducir el estreñimiento.

Y en último lugar, cuidar el aporte de grasa y sobre todo su calidad. En este aspecto hay resultados contradictorios en los estudios pero podemos concluir en que debe ser principalmente monoinsaturada, como por ejemplo la que aporta el aceite de oliva virgen extra, y poliinsaturada omega 3, que se encuentra principalmente en pescados azules de pequeño tamaño. El aporte de grasa de buena calidad podría darse hasta en el 35% de las calorías de la dieta.

Micronutrientes

Es posible que las mujeres bien nutridas no necesiten suplementos de micronutrientes para satisfacer estas necesidades diarias. En ausencia de una evaluación cuidadosa por parte de un nutricionista, creemos que es prudente recomendarlos pero insistimos en que deben realizarse ajustes individuales en función de las necesidades específicas de la mujer.

El contenido del suplemento varía en función del producto utilizado. Como mínimo, el suplemento diario debe contener vitaminas/minerales clave que a menudo no se obtienen sólo con la dieta, tales como:

  • Hierro – 27 mg
  • Calcio – al menos 250 mg (calcio elemental 1000 mg/día)
  • Folato – al menos 0,4 mg (0,6 mg en el segundo y tercer trimestre)
  • Yodo – 150 mcg
  • Vitamina D – 200 a 600 unidades internacionales (la cantidad exacta
    es controvertida)

A continuación podemos ver en la siguiente tabla las recomendaciones en cuanto a ingesta de nutrientes de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD):

  alimentación en el embarazo

Por otro lado, durante el embarazo se estima que la ingesta adecuada de líquidos a través del consumo de bebidas (agua y otros líquidos) es de aproximadamente 2,3 L/día, según la Academia Nacional de Medicina. Se consume agua adicional en alimentos distintos de las bebidas para alcanzar la ingesta total adecuada de 3 L/día. Numerosos factores (p. ej., temperatura ambiente, humedad, actividad física, influencia del ejercicio) también influyen en las necesidades totales de agua.

Asesoramiento nutricional durante el embarazo

Los profesionales de la salud desempeñan un papel importante en la evaluación y el asesoramiento de las mujeres sobre nutrición para promover resultados óptimos en el embarazo. Los profesionales que controlan el aumento de peso gestacional tienen oportunidades clave para proporcionar información y herramientas para ayudar a las mujeres.

En una revisión sistemática de 2014 de 25 estudios realizados en países desarrollados, las gestantes informaron de que recibían información nutricional inadecuada por parte de los profesionales sanitarios. Es importante destacar que la misma revisión encontró que las mujeres que recibieron información nutricional de sus profesionales de la salud eran más propensas a cumplir con el asesoramiento cuando era específico y se proporcionaron explicaciones para las recomendaciones. Además, era más probable que las mujeres tomaran suplementos prenatales si el profesional se los recomendaba verbalmente y recibían asesoramiento continuo en las visitas posteriores. Así pues, los profesionales sanitarios tienen el potencial de influir en el estado nutricional de las mujeres embarazadas.

El uso de una herramienta de cribado nutricional puede ayudar a los profesionales sanitarios a identificar a las mujeres embarazadas que pueden correr el riesgo de seguir dietas de menor calidad.

Situaciones especiales durante el embarazo

Por un lado, las restricciones dietéticas autoimpuestas pueden ser problemáticas si se omiten nutrientes esenciales de la dieta o el aumento de peso es inadecuado. Estas situaciones podrían darse cuando la madre gestante lleve una dieta vegetariana, vegana, frutariana, dietas bajas en carbohidratos, etc.

En estos casos, tendremos que tener en cuenta que podrían faltar algunos nutrientes y deberemos de prestar especial atención en ello.

Por ejemplo, respecto al pescado, como ya hemos expuesto anteriormente, es importante destacar que es la principal fuente dietética de ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA), dos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga n-3 (también conocidos como omega-3) (AGPICL n-3). El DHA es necesario para el desarrollo normal del cerebro y la retina. La capacidad del organismo para producir suficiente DHA para una salud y un desarrollo óptimos es probablemente insuficiente; por lo tanto, se recomienda el consumo de AGPICL n-3 preformados. El número de raciones semanales de pescado necesarias para alcanzar el objetivo de ingesta de DHA de 200 a 300 mg/día depende del tipo de pescado. Es importante que las mujeres en edad fértil elijan pescados con bajo contenido en mercurio y otros contaminantes.

Para las mujeres embarazadas que no puedan o no quieran consumir pescado, sugerimos otras fuentes alimentarias de AGPICL n-3 para alcanzar una ingesta de 200 a 300 mg/día de DHA. Existen varios alimentos enriquecidos con DHA, como el yogur, la leche y los huevos. También están disponibles suplementos que contienen aceite de pescado o DHA sintetizado por algas. Algunas vitaminas prenatales también contienen DHA/EPA. Los beneficios potenciales de la suplementación con AGPICL n-3 sobre el resultado del embarazo no están claramente establecidos.

Por otro lado, debemos de desaconsejar el uso de edulcorantes durante el embarazo, así como de bebidas azucaradas, y tener especial cuidado con el fluor, ya que aunque faltan estudios, se ha considerado que podría ser un tóxico para el neurodesarrollo.

En cuanto al ayuno, es interesante destacar que las mujeres embarazadas pueden ayunar durante varias horas al día, uno o varios días, por motivos religiosos o de otro tipo. Durante un ayuno nocturno de 12 a 18 horas, los niveles plasmáticos de glucosa, insulina y alanina descienden, y los niveles plasmáticos de ácidos grasos libres y beta-hidroxibutirato aumentan, un fenómeno denominado “inanición acelerada”.

Con la conversión temprana al metabolismo de las grasas, otros combustibles, como la glucosa y los aminoácidos, están más disponibles para el feto. Los ácidos grasos libres y el beta-hidroxibutirato también se transfieren a través de la placenta y son metabolizados por el feto.

Los efectos del ayuno diurno en mujeres embarazadas sanas no están bien definidos. En estudios en ovinos y humanos, el efecto más consistente del ayuno es la reducción de los movimientos respiratorios fetales, que se resuelven en el estado de alimentación. No hay información sobre el efecto de la cetonuria en el resultado fetal/neonatal en ausencia de cetoacidosis. Los estudios sobre el resultado del embarazo a corto plazo en mujeres sanas que ayunaron durante el mes de Ramadán (durante el cual se ayuna desde el amanecer hasta el atardecer) no han informado en general de efectos adversos sobre el feto o el flujo sanguíneo uterino. Sin embargo, un estudio a más largo plazo informó de que la exposición al Ramadán al principio del embarazo puede tener efectos adversos sobre la mortalidad infantil.

Algunos autores han planteado la hipótesis de que el ayuno prolongado durante el embarazo puede provocar alteraciones permanentes en la fisiología fetal, coherentes con la programación fetal, que tienen consecuencias en la vida adulta. Se necesitan más estudios sobre los posibles efectos a largo plazo del ayuno en distintos momentos del embarazo y en regiones de recursos altos y bajos.

Y en último lugar, podemos decir que el consumo de suplementos probióticos es cada vez más popular. Algunas pruebas sugieren que el uso de probióticos (combinaciones de ciertos Lactobacillus y Bifidobacterium) durante el embarazo puede tener efectos beneficiosos para la madre, como la reducción del riesgo de episodios inflamatorios y preeclampsia y la mejora del metabolismo materno de la glucosa.

Los estudios sobre el uso de probióticos durante el embarazo no han informado de un mayor riesgo de resultados fetales adversos, pero los datos son limitados.

Seguridad en alimentación en el embarazo

Las enfermedades transmitidas por los alimentos pueden provocar enfermedades maternas, así como enfermedades congénitas, abortos, partos prematuros y muerte fetal. Para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos, es importante que las mujeres embarazadas sigan algunos consejos que detallaremos a continuación.

  • Mantener una buena higiene personal (lavarse las manos con frecuencia)
  • Consumir sólo carnes, pescados y aves (incluidos los huevos) que estén completamente cocinados
  • Evitar los productos lácteos no pasteurizados 
  • Enjuagar bien las frutas y verduras frescas bajo el grifo (aproximadamente 30 segundos) antes de comerlas
  • Evitar comer brotes crudos (incluidos los de alfalfa, trébol, rábano y judía mungo). Las bacterias pueden introducirse en las semillas de los germinados a través de las grietas de la cáscara; estas bacterias son casi imposibles de eliminar
  • Lavarse las manos, las superficies de preparación de alimentos, las tablas de cortar, los platos y los utensilios que entren en contacto con carne, aves o pescado crudos con agua caliente y jabón. Las encimeras pueden desinfectarse frotándolas con una solución de una cucharadita de lejía líquida por litro de agua y dejándolas secar durante 10 minutos.

Riesgo de infecciones durante el embarazo

Toxoplasmosis

La toxoplasmosis está causada por la ingestión de carne o productos cárnicos poco cocinados o curados, frutas o verduras contaminadas por tierra infectada y agua contaminada sin filtrar.

Listeria monocytogenes

Listeria es un contaminante común de bajo nivel de los alimentos procesados y no procesados de origen vegetal y animal; los alimentos cocinados calientes no son un vehículo de transmisión de Listeria. Se asocia más comúnmente con carnes procesadas/delicatessen, salchichas, quesos blandos, mariscos ahumados, embutidos y patés, pero también se ha transmitido por frutas y verduras frescas que se consumen comúnmente sin cocinar.

Brucelosis

La brucelosis está causada por la ingestión de alimentos contaminados, como leche cruda, quesos elaborados con leche no pasteurizada (cruda) o carne cruda.

Otras consideraciones en alimentación durante el embarazo

Consumo de pescado: se aconseja consumir el pescado bien cocinado, o en caso de consumirlo crudo (sushi, por ejemplo) habiéndolo congelado previamente para evitar de este modo organismos potencialmente nocivos. Además, se aconseja evitar comer tiburón, pez espada, caballa real, aguja, reloj anaranjado, blanquillo (Golfo de México) o patudo (otros tipos de atún son aceptables) porque pueden contener altos niveles de mercurio.

Consumo de cafeína: hay bastante controversia respecto a este tema según diferentes estudios. Parece que un alto consumo de cafeína está relacionado con resultados negativos como bajo peso al nacer e incluso con aborto involuntario. Sin embargo, un Comité de Opinión del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) concluyó que el consumo de cafeína <200 mg al día no parece ser un factor importante en los abortos espontáneos o los partos prematuros.

Productos a base de plantas: en general se desaconseja su uso, excepto el jengibre. Los preparados a base de hierbas pueden interactuar con los medicamentos prescritos habitualmente y provocar efectos secundarios peligrosos y se han notificado varios casos de efectos potencialmente perjudiciales para el embarazo.

Consumo de alimentos a base de hígado: un consumo elevado de hígado o de alimentos a base de hígado puede ser perjudicial durante el embarazo debido a la ingesta excesiva de vitamina A. Algunos grupos han recomendado que las mujeres embarazadas limiten o eviten el consumo de hígado por este motivo.

Exposición a toxinas ambientales: el ACOG ha considerado que la reducción de la exposición a agentes medioambientales tóxicos es un área crítica de intervención debido a los efectos de las toxinas sobre el feto en desarrollo. Una buena nutrición es una forma de amortiguar la exposición a agentes tóxicos. Se debe animar a las mujeres embarazadas a que coman abundantes frutas y verduras (convencionales o ecológicas), legumbres y cereales integrales todos los días, y a que eviten los alimentos procesados y la comida rápida. Los alimentos pueden ser una fuente de exposición a toxinas ambientales, como el bisfenol A (BPA) y los pesticidas. El BPA está omnipresente en los alimentos, sobre todo en el revestimiento de los productos enlatados. La exposición es preocupante durante el embarazo debido a los posibles efectos neurales y conductuales en fetos y lactantes. Se debe animar a las mujeres a evitar el uso de plásticos para envases de alimentos y bebidas que contengan BPA, y evitar los productos enlatados que utilicen revestimientos con BPA (cada vez hay más productos enlatados sin BPA disponibles). En cuanto a los pesticidas, una revisión sistemática de 2012 determinó que el consumo de alimentos ecológicos puede reducir la exposición a estos tóxicos.

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